Trading automático vs. trading manual: ventajas e inconvenientes

El análisis de las series de precios se puede afrontar de dos grandes formas: (1) mediante el análisis chartista y/o (2) mediante en análisis cuantitativo o con indicadores de precios. Entre ambas aproximaciones existe una diferencia, la programación o la aplicación de fórmulas matemáticas o estadísticas a las variables que analizamos, que principalmente son precio y volumen.

En base a estas dos aproximaciones se pueden realizar dos grandes categorías de trading. El trading manual, en el que el inversor rellena la boleta e introduce sus órdenes en el mercado. El trading automático en el que el trader programa un sistema o un algoritmo que lanza las órdenes al mercado directamente desde un software (la plataforma disponible en CMC Markets es MetaTrader 4 o MT4).

Los puntos en común entre ambas aproximaciones de trading son:

1. Ambos tipos de trader buscan patrones en los precios, es decir, comportamientos que se repiten de forma recurrente que se pueden identificar y que permiten adoptar decisiones con una esperanza matemática positiva o favorable. De esta forma ambos inversores pueden trabajar utilizando un método.
2. Ambos tipos de trader pueden utilizar indicadores técnicos (el trader que introduce las órdenes de forma manual se puede apoyar en indicadores técnicos) y formaciones chartistas o gráficas (los soportes, resistencias, retrocesos de Fibonacci, Hombros-Cabeza-Hombros… también pueden ser programados).

La gran diferencia entre ambas aproximaciones es la profundidad con la que se estudia el método o el sistema.

Vaya por delante que introducir las órdenes de forma manual no implica que el trader carezca de un sistema o que no ha desarrollado un método con profundidad. De hecho, puede ser habitual encontrar traders que han desarrollado sus sistemas de forma automática, lo conocen con profundidad y, sin embargo, prefieren introducir las órdenes de forma manual otorgando cierta flexibilidad e intuición que la máquina o el algoritmo no es capaz de desarrollar.

Sin embargo, realizar trading automático o semi automático, por regla general requiere un esfuerzo superior. En primer lugar, tiene que programar las estrategias (conocimientos de programación), más adelante tiene que ponerlas a prueba (realizar backtestings en diferentes mercados, en diferentes periodos…) y, para finalizar, tiene que evaluar las estadísticas (fiabilidad, drawdown o peor racha de pérdidas…).

El trading automático reduce subjetividad, pero no es el Santo Grial.

De esta forma, el trading automático, se aproxima más a lo que es el método científico. Es decir, se establece una hipótesis y se contrasta buscando una confirmación o evidencia. Este proceso ayuda a reducir la subjetividad en el análisis y en la toma de decisiones permitiendo a la vez adquirir perspectiva y ponerse en la peor situación posible.

Hasta aquí, la balanza parece que se decanta hacia el trading automático, sin embargo, tener un robot o máquina de trading no garantiza el éxito. Existen dos grandes riesgos que hacen que cuando el robot de trading se ponga a operar, los resultados no tengan nada que ver con lo que esperábamos. El primero es sobre optimización o buscar los parámetros perfectos para los indicadores. El segundo es la incorporación de demasiadas variables o indicadores intentando medir todos los aspectos del precio.

El trading automático reduce los sesgos emocionales, pero no los elimina.

La máquina analiza y ejecuta las órdenes, de esta forma, puede ayudarnos a evitar sesgos cognitivos y emocionales que impactan negativamente a la hora de tomar decisiones. Sin embargo, los resultados que obtenga la máquina seguirán influenciándonos: el trader tendrá que seguir lidiando contra la falta de autocontrol y el exceso de confianza.

En definitiva, el trading automático, al igual que el manual, requiere de un método construido con sentido común y que se ajuste a la personalidad del trader.